EL CASTILLO

Tic-tac, insomnio para el candidato

 

¿Es para celebrarse que el primer foro sobre la legalización de la marihuana se lleve a cabo en Cancún? La pregunta surge porque, en general, la mayoría ciudadana desaprueba esta medida, por más que quieran hablar de los beneficios medicinales, terapéuticos y otros que le atañen. Si se trata de abordar estos argumentos como base para convertir en legal esta hierba, habrá que poner mucha atención en lo que digan los médicos, los especialistas, en lo que se dice cura este producto. También a psicólogos, a los psiquiatras, a los que tienen en sus manos el reto de lograr la rehabilitación de adictos. Porque no son pocos los padres de familia que se erizan al conocer esta pretensión, ya que han sufrido en carne propia el camino que recorren sus vástagos una vez que son atrapados por la drogadicción. El tema no es sencillo y no se trata de si se tiene o no la “mente abierta”, sino de los efectos que conlleva este tipo de aceptaciones. Ahora que, si ya se trata de despenalizar, una mejor será que las despenalicen todas y así que cada uno decida con cuál quiere dejar de existir, eliminar sus neuronas, perderse en el limbo. Es más, que les dé el gobierno las dosis gratuitas y abundantes. Que en lugar de clínicas construya picaderos en los cuales, como ya se acostumbra en el presente, marquen las áreas para fumadores y para aquellos que prefieren huir de la realidad, pero no perjudicarse los pulmones.

 

 

Seguramente que para los jóvenes que acuden a Cancún y a las playas quintanarroenses cada año para tener una diversión con una dosis de libertad -que no tienen en su país, comenzando porque la mayoría de edad para el vecino del Norte se adquiere a los 21 años y en México a los 16 y 18, por lo que pueden consumir todo el alcohol que les quepa-, el estar enterados de que en este sitio tendrá lugar la discusión sobre la legalización de la marihuana será un atractivo más. El solo imaginar que podrán andar por las calles carrujo en mano sin que nadie los moleste, incentivará que se multiplique su llegada, con todo lo que esto signifique al momento de la rendición de cuentas de la autoridad. Habrá quienes, al leer este texto, consideren que existen exageraciones, cuando vean los hechos, cuando se enfrenten a la realidad será, por desgracia, demasiado tarde. Y no duden que otro que se convertirá en vecino cancunense o rivereño será don Vicente Fox, el que ya tiene suficientes plantíos en Campeche como para adelantar lo que él mismo ha llamado un gran negocio. El que tenga tienda, que la atienda, dicen en Guanajuato y él así lo hará.

 

 

En los procesos para la selección de candidatos a las gubernaturas no hay reloj parlamentario. No hay manera de detener el tiempo. Y las manecillas ya se acercan a la hora cero. Al momento en el que se conocerá el nombre del abanderado tricolor en Quintana Roo al que se le da, desde ahora, el calificativo de triunfador de la contienda, con todo y que exista alianza opositora o no, con el registro de candidato independiente o no, con denuncias ante el Ieqroo o no. Y ello no es por buenos deseos o respaldo al priismo sino, por desgracia, por triste realidad que la oposición se ha empeñado en construir. Un hombre que ha batallado con su salud, como es el caso de Jorge Polanco, aparece hasta como burla para los ciudadanos. Sus condiciones, por mucha recuperación que hubiese logrado, no son las óptimas para el manejo, el gobierno de una entidad que crece a cada hora y cuyas demandas se multiplican en el mismo espacio de territorio y tiempo. Los de la oposición de un color y de otro, y de uno más, se han preocupado mucho más por multiplicar sus bienes personales, por asegurar su patrimonio, más que por hacer quedar bien a sus organizaciones. Discuten con la izquierda y reciben con la derecha. Los apellidos que se mencionan para los abanderamientos no son precisamente los más limpios, intachables o pertenecen a ciudadanos en los que se pueda confiar. Así las cosas, el tic-tac es ya de pesadilla.

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