Hacen ritual en Tajamar

Defensores de manglar de malecón Tajamar reiteraron su acusación de “ecocida” al Fondo Nacional de Turismo (Fonatur) y desmintieron que hubieran llevado a cabo medidas previas de rescate de flora y fauna antes de la destrucción de la zona, hace dos fines de semana.

Después de la ceremonia del “fuego” que se prolongó por más de tres horas y en la cual se tocaron caracoles, tambores, encendieron velas e inciensos y hasta pidieron perdón a la “madre tierra” o “pachamama” doblados en el suelo,  “Guardianes del Manglar” y “Salvemos Manglar Tajamar” escucharon las opiniones de especialistas respecto a la situación de los cocodrilos y el resto de la fauna y la factibilidad de reubicarlos.

Básicamente no se dio una justificación razonable desde el punto de vista ambiental y legal para sacar a los cocodrilos del sitio, por lo que casi dos horas después se determinó que no se tocará un solo animal pero tampoco se permitirá que ninguna autoridad los saque.

Como acciones de inmediata de los ciudadanos, se determinó que los campamentos serán reforzados en todas las entradas del malecón, habrá cadenas humanas y que ha comenzado la presentación de “amparos” en “cascada”.

Defiende Fonatur proyecto

El director jurídico del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), Manuel Mercado Bejar, dejó en claro anoche que el desarrollo de Malecón Tajamar representa apenas el 2.10% de las tres mil 533 hectáreas comercializables que tenía el organismo en la zona, la cual se decidió urbanizar después de que un estudio de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) determinara que no había ningún tipo de especie en la zona, debido a que la urbanización de los alrededores no permitía que la fauna se desarrollara de manera natural.

En conferencia de prensa a nivel nacional vía webcast, explicó que por ello el Fonatur decidió desarrollar el proyecto, que a la fecha afirmó sólo ha provocado impactos ambientales y no daños, pues todo se ha hecho acorde a la autorización otorgada por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), además de que en septiembre de 2013 se donaron 107 hectáreas al municipio de Benito Juárez con uso de suelo de conservación ecológica para compensar el impacto ambiental, tras reubicar en esa zona los animales que habían sido rescatados.

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