CARLOS CÉSAR GONZÁLEZ CRUZ. Misión Evangélica

 

 

EL HOMBRE DE LAS RANAS

Se cuenta de cierto hombre, al vivir cerca de una laguna; cansado y fastidiado por el ruido que estas hacían por las noches, pues su escandaloso ruido no lo dejaban dormir. Tomó la decisión de exterminarlas y de paso sacar un dinero extra al venderlas al gerente de prestigiado restaurant.

Entonces, ¿Cuántos kilos me traerá usted mañana? Muchos, 100 o 200, usted dígame cuántos kilos necesita, tengo miles de ranas. ¿Pues le parece bien si mañana trae 50 kilos, y al desplazarse en venta, me traerá otros 50 más, de acuerdo?

Al siguiente día, aquél hombre muy avergonzado fue a disculparse con el gerente del restaurant, en realidad, solamente llevaba tan solo dos pequeñas ranas que había cazado en la laguna.

¡Yo escuchaba miles!, no me dejaban dormir, perdón, son solamente dos.

Muchas veces nos sucede como a nuestro hombrecito de las ranas. Pensamos que una falta, un tropezón y caída que en el ayer tuvimos, la gente lo recordará toda la vida; o es probable que hayan personas que nos refieran esos errores y esas críticas nos paralizan mortificándonos haciéndonos pensar lo peor de nosotros.

Todo ser humano comete errores, todo ser humano se equivoca y todo ser humano tiene el derecho de aprender de esas faltas.

Dios es el maravilloso y eterno caminante que va a nuestro lado, reciclándonos; animándonos a continuar; un paso al frente es un paso adelante, un paso adelante es continuar. Mi señor Jesucristo nos fortalezca y nos ayude a continuar este camino trazado por él mismo. Bendiciones amigos y hermanos del camino.

 

 

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