CARLOS CÉSAR GONZÁLEZ. Misión Evangélica

 

 ¿SABE USTED POR QUE SE LE LLAMA A ESTE DIA “SABADO DE GLORIA”?

Se humilló a sí mismo en obediencia a Dios y murió en una cruz como morían los criminales. Filipenses 2: 8.

 

Un malhechor, es una persona que ha hecho cosas malas. En toda sociedad hay un marco jurídico que exige respetar un código civil-ético, para una convivencia armoniosa. La ley condena toda alteración del orden dentro de este marco cívico-ético.

Cuando a Jesús lo crucificaron, crucificaron  junto a él a dos hombres malos; uno a la izquierda y otro a la derecha. El relato de los evangelios no  nos dice sus nombres, dice que soltaron al malhechor Barrabás en lugar de Jesús.

Algunos historiadores dicen que estos tres hombres eran muy peligrosos, ladrones que sin piedad habían cometido asesinatos en robos y asaltos; que eran personas que no se tocaban el corazón para cometer sus crímenes. Al caer en manos de la justicia imperante, el pueblo pedía para ellos como malvados malhechores “todo el peso de la ley”; aunque Barrabas, tuvo la fortuna de que lo liberaran y en su lugar, Jesús fuera condenado a morir.

 

La muerte en la cruz era una lección pública ejemplar de cómo morían los “malditos”. Una muerte de cruz era tan dolorosa, tan penosa, tan cruenta, pues hacer que el malhechor cargara su cruz, insultarlo y burlarse de él injuriándolo por los actos malos que había cometido, golpearlo con látigo y al fin levantarlo en una cruz, traspasando los huesos de sus manos y pies con grandes clavos crucificándolo y viéndole morir lentamente en angustiosa agonía, en verdad era algo que hacía pensar y reflexionar.

 

Jesús murió como un malhechor, él quiso morir así identificándose como nosotros y como el peor del género humano. Pero verdaderamente Dios cargó en Jesús el pesado peso del pecado de todos nosotros. El cordero inmolado, vertió su sangre por todo pecador.

 

El Pueblo judío la noche del jueves había celebrado su Pascua, una de sus mas grandes fiestas en la que conmemoraba su salida de Egipto, agradeciendo al Dios redentor su poder manifestado en diez plagas realizadas en todo Egipto y en su rey faraón. Luego verían como este Dios liberador les haría pasar en medio el mar rojo en seco, y volviendo sus aguas con poder para matar con ellas al ejercito egipcio que los perseguía.

Su ritual de la pascua consistió en inmolar un cordero, pintar los postes y el dintel o el marco de la puerta de la casa y de esta manera el ángel de Dios no permitía que muriera el primogénito. La Pascua era pues un ritual por generaciones. Jesús ensambla la pascua con su sacrificio, él es el cordero sin mancha ofrecido por todo pecador.

El sábado glorioso el cuerpo de Jesús flagelado reposa en la tumba, su alma y espíritu estaría tan lejos de Dios, así lo decimos en el credo apostólico: “descendió a los infiernos”. Dios el Padre ha aceptado la expiación; es por eso que toda oración debe hacerse en el nombre de Cristo, la salvación es gratuita, porque nadie la podría pagar. Jesús pagó no con oro ni con plata, él pagó con su propia vida. En esa cruz yace mi sustituto, yo debería de estar ahí, pero él lo hizo en mi lugar. Creo que murió en mi lugar, creo que es mi salvador y creo que resucitó, su tumba vacía garantiza que la mía un día también lo estará. Gracias mi amado Señor y salvador, gracias por morir por mí.

¡Bendiciones amigos y hermanos del camino!

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