RAFAEL SANTIAGO. Contracara 

FILI NADARÁ DE A MUERTITO

Para Filiberto Martínez Méndez, en el municipio de Solidaridad las cosas están claras: gana si el PRI lo sienta en silla municipal, y si pierde, también gana.

El caso es que él, como candidato del PRI y María Cristina Torres Gómez, son gusanos de la misma guayaba. Parte de un equipo que han conformado, con él a la cabeza a nivel municipal, con la venia del grupo “joaquinista”.

Cuándo Carlos Joaquín renuncia al priismo y se va como candidato de la alianza PAN-PRD, Filiberto, quien era su coordinador de campaña, decide quedarse dentro de las filas tricolores, a cambio de que le entregaran la presidencia municipal de Solidaridad.

Esto provocó gran inconformidad en la clase política de Playa del Carmen. Y cuando parecían ganar terreno los que se oponían a su candidatura, se alió con Mendicuti para blandir la posibilidad de que el ex secretario de Gobierno podría ser candidato y que él mismo podría irse en su apoyo con todo su equipo para vencer a Teresita Flota, quién era la opción que se manejaba para descartarlo. Al final, el petate del muerto surtió efecto, ni Mendicuti se fue a la oposición y Teresita se convirtió en precandidata a diputada. Evidentemente Filiberto cumplió su objetivo, y aunque hay otros dos inscritos como suspirantes, él aseguró su candidatura.

En una primera lectura, cualquier observador podría decir que era conveniente. Aparentemente había roto con Carlos Joaquín, a pesar de que juraba que prefería cortarse las venas antes que abandonarlo. A final de cuentas, pareciera que se dividía el equipo opositor y con ello se garantizaba el triunfo del priismo. Sin embargo, en política dos más dos no son cuatro.

 

Al momento de que renegocia su posición como candidato a la presidencia y se le confirma, el “filiberjoaquinismo” divide a su grupo de trabajo con el que ha trabajado desde hace años. Se queda con Juan Carlos Pereyra Escudero, pero observe los movimientos que hacen.

Rápidamente la alianza PAN-PRD, seguramente por instrucciones del ex subsecretario de turismo, inscribe a una de sus colaboradoras, María Cristina Torres Gómez, como su candidata a la presidencia municipal. La notaria pública, también ex titular en la cuestionada Desarrolladora de la Riviera Maya (Derimaya) y ex dirigente priista, había sido la secretaria general de la comuna con Filiberto Martínez, en sustitución a otro “opositor”, el regidor con licencia, Orlando Muñoz Gómez, quien busca ser nominado a la diputación.

Y de manera sincronizada surgieron los apoyos a Cristina por parte de gente cercana al “químico” palencano. Se sumó a su campaña Alberto Farfán Bravo, quien dio hospedaje a Filiberto en Yucatán e hicieron sus pininos en la grilla local. Al llegar a la presidencia Martínez Méndez lo nombró director de Ordenamiento Ambiental y Desarrollo donde permitió ecocidios y corruptelas durante su gestión. En todo momento, Farfán obedecerá lo que sea más conveniente para el grupo, ya que los partidos son como etiquetas desechables según las circunstancias.

 

Junto a él, llegó Ismael Sauceda Hernández, un sinaloense que buscará replicar lo que hicieron en el PRI: que se haga un donatón, cinetón o cualquier cuestión populista que pudiera ayudarles a ganar votos. También se acercó Miguel Ramón y otros que han aprovechado los espacios políticos y ahora se sienten con posibilidades de resurgir.

 

Tener dos opciones te da la oportunidad de manipular prácticamente toda la elección. Filiberto no dará golpe en toda la campaña electoral. Se dejará caer, como desmayado, en los brazos de los priistas, los que han gastado suelas y se han roto el espinazo con trabajo político, en los que tienen tatuada la camiseta, porque sabe que buscarán ganar la elección. Tienen que trabajar fuerte, meter toda la carne al asador para sacar adelante la candidatura. A final de cuentas, de ese municipio sale el candidato a gobernador priista, Mauricio Góngora Escalante, y no se pueden dar el lujo de perder esa plaza. Los tricolores sudarán doble, pero no les queda otra. Filiberto, como candidato, se subirá en sus hombros y entre bostezos, meneará el abanico para refrescarse. Se regirá sobre una personal perspectiva muy simple: si quieren que gane, háganme ganar.

 

Lejano al candidato a gobernador, sabe que estará bajo la lupa. Que tendrá poca capacidad de maniobra para hacer de las suyas. Y para romper estos grilletes, puede incluso promover que gane su pupila Cristina Torres, con la alianza blanquiazul. En ese posible escenario, el quedaría como primer regidor y podría asumir en caso de que ella solicitara licencia.

De cualquier modo, suceda lo que suceda,  ha colocado las piezas de tal modo que ganará incluso con la derrota.

 

 

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