SANTIAGO J. SANTAMARÍA. El Bestiario

 

UN PACTO ALEMÁN, ENTRE EL PP Y EL PSOE, NO ES DESCARTABLE EN ESPAÑA

Después de 111 días, fracasa la formación de un gobierno “progresista” con Podemos. Pablo Iglesias y sus “indignados” convocan a sus bases a referéndum. No aprendieron la última lección soviética: La democracia siempre es más segura cuando no se vota…

En política y en las asambleas populares y universitarias las bases tienen la misma función que los niños en el futbol. Son la coartada moral, el área de refugio de los que no tienen reacción. Se ve en esos debates sobre la Liga de Fútbol de México o España cuando un comentarista ya no sabe qué decir de alguien: Es un mal ejemplo para los niños. Nunca nadie pregunta qué niños; los niños son como los lectores: todos perfectos, encantadores, con madres rubias.

Las bases, no digamos las bases de Podemos, el partido horizontal en el que Pablo Iglesias es más horizontal que nadie, tienen la última palabra en la negociación de un gobierno alternativo a la derecha del PP.

Se le ha preguntado qué quiere hacer, si apoyar a la oligarquía neoliberal recortadora de derechos o la voluntad política que va a devolver la dignidad al pueblo. Yo así preguntado diría que oligarquía por joder, sólo por ver la cara de los niños pijos, licenciados de Políticas de la Universidad Complutense de Madrid, Pablo Iglesias, Íñigo Errejón y Juan Carlos Monedero, capaces de denigrar la ignorancia de los quereres de la vida es atrevida hasta la Transición Democrática Española, que nos permitió dejar atrás la dictadura de Francisco Franco y una Guerra Civil Española, con millones de muertos y exiliados.

No puedo evitar el relacionar a los Iglesias, Errejón y Monedero con el candidato demócrata estadounidense Bernie Sanders. Ha centrado estos días sus declaraciones en atacar a su contrincante Hillary Clinton sacando a relucir, de forma obsesiva compulsiva sus antiguos pecados como el votar de autorizar la guerra contra Irak, ella ha pedido disculpas en varias ocasiones, “delitos” que la incapacitan para el cargo.

Por cierto, Bernie Sanders, quien sigue sin posicionarse claramente en contra de la venta libre de armas de fuego en su país.

Y llama mucho la atención lo poco oportuna que ha sido la diatriba de Sanders. Dada la enorme ventaja que ella le saca en cuanto a delegados, Clinton es la gran favorita para la candidatura demócrata. ¿Se está poniendo Sanders del lado del gentío que grita ‘Bernie o nada’, dispuesto a quitarse de en medio si no logra un vuelco inesperado, con lo que posiblemente contribuya a que un Donald Trump llegue a la Casa Blanca? Paul Krugman, norteamericano, Nobel de Economía, ha escrito ayer en el “New York Times”, un interesante artículo de opinión, con este título: Sanders, fuera de control. Falta en los periódicos españoles otra columna “Pablo Iglesias, fuera de control”. Se están convirtiendo en unos fanáticos de Bernie e Iglesias.

El gallego Mariano Rajoy y los populares del PP lograron la victoria anunciada en España, aunque quedaron muy lejos de la mayoría absoluta, en un Parlamento muy fragmentado tras la votación del domingo 20 de diciembre. El PSOE logró mantener la segunda posición en escaños; le seguía muy de cerca el partido de Pablo Iglesias, que salía reforzado. El centrista Ciudadanos no lograba pasar de la cuarta posición. La participación en estos comicios superó el 73%. Los resultados de PP y PSOE fueron mejores que en las encuestas. El pueblo español no quiso enterrar su modelo bipartidista.

Ninguna de las dos alianzas que parecían más posibles, PP y Ciudadanos, PSOE y Podemos, alcanzaría la mayoría absoluta.

Un pacto alemán, entre el PP y PSOE, pudiera ser la solución a la larga crisis institucional en España. “Las formaciones deben responder a lo que el país necesite en cada momento”, manifestó, meses atrás, el ex presidente socialista, Felipe González, poniendo como ejemplo al país germano, donde las circunstancias “sí llevaron a que los dos grandes partidos, demócrata cristianos y social demócratas, se pusieran de acuerdo para sacar al país adelante” y donde “sí hay más hábito” a formar grandes coaliciones.

Si hay un país de “partos” múltiples de hasta cinco partidos es Italia. Un escenario italiano no es el más deseable para España, sobre todo si no cuentan con italianos para gestionarlo, como el que fuera eterno ministro de Asuntos Exteriores, Giulio Andreotti. Ni Pedro Sánchez (PSOE), ni Albert Rivera (Ciudadanos) ni Pablo Iglesias (Podemos) tienen el “aggiornamento” de Andreotti. Tres frases resumen al Julio César o Nerón de la política italiana: “Excepto de las Guerras Púnicas, para las que era muy joven, me han culpado de casi todo”, “Hay amigos íntimos, amigos, conocidos, adversarios, enemigos, enemigos mortales y… compañeros de partido”, “El poder desgasta, sobre todo cuando no se tiene”.

 

@SantiGurtubay

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