JORGE GONZÁLEZ DURÁN. La Jiribilla

 

EL CUMPLEAÑOS DE MAURICIO. El cumpleaños de Mauricio Góngora fue una buena ocasión para recibir el testimonio del afecto no sólo de su familia sino de sus numerosos amigos y de sus correligionarios, que suman legión. Mauricio, al trascurrir de los años enriquece su experiencia. Está en la plenitud de su existencia, con una madurez vital que demuestra en todos los actos de su vida pública. Su cumpleaños fue un motivo para que sus seres queridos y la gente que lo aprecia y lo valora le expresen de manera pública o personal su afecto.

Porque en la política no se puede caminar sólo, sino que es importante estar arropado por la gente. Y en su desempeño en los diversos cargos que ha ocupado, Mauricio ha sabido ganar amigos, conservar los que tiene desde la niñez, y acrecentar y renovar afectos. Porque la amistad es un valor esencial que ayuda a hacer más enriquecedora la vida. Y esos valores que nutren la amistad se traducen en la sensibilidad de un político. Mauricio cree en la amistad como un don, y así lo demuestra en la sensibilidad de sus actos relacionados con el ámbito público.

El cumpleaños del candidato del PRI no significó una pausa  en el camino sino que cumplió con su agenda de campaña, porque el tiempo tiene que aprovecharlo al máximo. La campaña es breve y su mensaje tiene que permear a todos los sectores de la sociedad. Porque la mayoría de los hombres y mujeres que están en capacidad de votar no militan en ningún partido, y emiten su sufragio según los convenzan los candidatos.

Por eso Mauricio camina sin tregua calles, mercados, casas, ejidos, rancherías, y acude a reuniones con jóvenes, con mujeres, con obreros, con campesinos, con pescadores, con mujeres empresarias, con inversionistas, con comerciantes, con deportistas y con estudiantes, para que  su mensaje de optimismo, con propuestas claras, llegue al mayor número de personas.

Mauricio no pierde el tiempo para quejarse ni para atacar. El candidato del PRI sabe que las encuestas lo ponen muy por encima en las preferencias electorales, pero no se cruza de brazos ni adopta poses autocomplacientes. Su campaña es para convencer a la ciudadanía de la bondad de sus propuestas, apegadas a la realidad, alejadas de la demagogia. Porque precisamente hablar con la verdad es lo que lo ha posicionado en el ánimo de la gente.

Mauricio va arriba en las encuestas porque es candidato que se ha identificado con el hombre  que lucha día a día para salir adelante.

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