Focos rojos sobre BJ

Por Raimon Rosado

Al no existir acciones emergentes y debidamente coordinadas entre las diferentes instancias policiacas, una débil impartición de justicia que deja impune más del 95% de los delitos que se cometen y la aparentemente discordante percepción de las autoridades  gobernantes sobre la problemática de inseguridad que se padece en  Cancún, cuyo saldo rojo arrojado antes y después de la celebración de la Navidad, fue de cinco personas muertas, por hechos al parecer relacionados con el crimen organizado, muestran una tendencia  a que este clima de violencia tienda a agravarse, consideran la secretaria técnica del observatorio de Violencia Social y de Género en Benito Juárez, Celina Izquierdo Sánchez y el presidente de la asociación Ángel Ciudadano, Hernán Cordero.

El hecho de que espacios de convivencia familiar y de alta afluencia de ciudadanos, como fue el caso de la feria decembrina ubicada justo a un lado de la Fiscalía de Justicia local y frente a la Plaza Galerías, de la avenida Tulum, horas antes de celebrarse la Noche Buena, sin duda enciende focos de alarma sobre Cancún, donde conforme crece la inseguridad, el impacto social  que ello implica, es más negativo, señaló  Celina Izquierdo.

Dijo que la libertad con la que suelen actuar los delincuentes, es precisamente derivada de la debilidad con la que  actúa nuestro aparato de justicia, la cual va desde  la muchas veces deficiente operatividad de las corporaciones policíacas, como en lo relativo a la impartición de justicia, al ser sólo de un 3%, la probabilidad de que a un delincuente detenido, se le siga un proceso penal.

En su más reciente reporte, la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana, el 77.1% de la población de Benito Juárez, considera que existen altos niveles de inseguridad en el municipio, percepción  cuyo registro previo, fue del 64.5 %, lo que habla de un aumento en dicho sentir.

En opinión del presidente de la asociación Ángel Ciudadano, Hernán Cordero Galindo, la inseguridad en este polo turístico, registra un importante aumento, al ser más de un 92 % el porcentaje de los delitos que no son castigados, por desconocimienrto de cómo proceder por parte  de los agraviados y por el maltrato que reciben de parte de los funcionarios de las instancias de justicia, lo que al final inhibe el mayor ejercicio de los derechos ciudadanos y fortalece a la delincuencia.

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