Misión Evangélica: Habacuc, una fé confrontada 2

” ¿Por qué me haces ver iniquidad y haces que vea tanta maldad? Ante mí solo hay destrucción y violencia; pleito y contienda se levantan.”  1:3

¿Has sentido que tus oraciones no son escuchadas? El mal sigue proliferando y parece que es mejor ser perverso que temeroso de Dios. Un hombre bueno, un sacerdote confesó esto: _ A los malvados no les preocupa la muerte, pues están llenos de salud; no han sufrido las penas humanas ni han estado en apuros como los demás. Por eso el orgullo es su collar y la violencia su vestido; están tan gordos que los ojos se les saltan, y son demasiadas sus malas intenciones. Con burla, orgullo y descaro, amenazan hacer maldad y violencia; atacan al cielo con sus labios y recorren la tierra con su lengua. Preguntan: “¿Acaso Dios va a saberlo? ¿Acaso se dará cuenta el Altísimo?” ¡Miren a estos malvados! Con toda tranquilidad aumentan sus riquezas.

¡De nada me sirve tener limpio el corazón y limpiarme las manos de toda maldad! _ Salmo 73:4-9;11-12

Dios le dice al profeta que ya está apunto de intervenir, Peores malvados serán usados por Dios para juzgar a los malvados de su pueblo.

Voy a poner en pie de guerra a los caldeos, que son gente cruel, que siempre están dispuestos a recorrer el mundo de lado a lado para adueñarse de tierras que no les pertenecen. Son espantosos y terribles, y no reconocen más ley que la suya. Pasan como un huracán; no reconocen más dios que su propia fuerza.” 1:6-7:11.

Es Dios mismo quien tolera y permite las injusticias, es más, Él le da dirección a todas las cosas; ¡Él tiene el control de todo!  Esto no lo puede creer el profeta, y le dice a Dios: _ Señor y protector mío, tú has dado fuerza a los caldeos para que ellos ejecuten tu justicia. Tú eres demasiado puro para consentir el mal, para contemplar con agrado la iniquidad; ¿cómo, pues, contemplas callado a los criminales, y guardas silencio mientras el malvado destruye a los que son mejores que él? _

 Pero en el capítulo 2, el profeta dice: _ Estaré atento y vigilante, como lo está el centinela en su puesto, para ver qué me dice el Señor y qué respuesta da a mis quejas. El Señor me contestó:Aún no ha llegado el momento de que esta visión se cumpla; pero no dejará de cumplirse. Tú espera, aunque parezca tardar, pues llegará en el momento preciso. Escribe que los malvados son orgullosos, pero los justos vivirán por su fidelidad a Dios.”2:1-4.

Aquellos que pueden ver en todo la buena mano de Dios, bien pueden dejar todo en las buenas manos de Dios. El justo vivirá por su fe.

Bendiciones amigos y hermanos del camino, del camino de Dios. SJ. Carlos César González Cruz.

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