El juego del Twister de Cecilia Loria

Desde el Palco

Por Julio César Silva Cetina

A principios de los años 2000 se popularizó entre las niñas y niños de México el juego del Twister, que se inventó en los años 60 en Estados Unidos y que con el paso de las décadas y con la globalización llegó a todo el mundo.
Se trata de un juego didáctico, que se recomendaba en las escuelas como una herramienta de socialización entre los estudiantes de educación básica, pero también era jugado por familias completas.

El juego en sí tiene reglas muy fáciles, aunque es todo un reto su ejecución, pues se trata de ir colocando las extremidades sobre un tablero de colores y guardar el equilibrio sin importar las posturas que el pasatiempo obligase a adoptar a cada uno de los participantes.

Seguramente en algún momento de su vida, la maestra Cecilia Loría, ex directora del Colegio de Bachilleres y ex secretaria de Educación, tuvo contacto con el juego y quiso aplicarlo en política, pero terminó perdiendo el equilibrio y… quizá algo más.

En las elecciones para presidencias municipales de junio pasado su partido, el Movimiento Auténtico Social (MAS) se alió a Morena, PT y Verde y con base en sus acuerdos logró, por ejemplo, que uno de los suyos, Emir Bellos, fuese candidato a la presidencia municipal de Lázaro Cárdenas, cargo que hoy desempeña.

Sin embargo, después de ese proceso electoral y al mismo tiempo que buscaba por todos lados que el MAS mantuviese el registro como partido local, puso en marcha el juego del Twister político.

Y Así, lo mismo acompañaba a la senadora Marybel Villegas Canché, que se reunía y le ofrecía apoyos al senador José Luis Pech Várguez, dialogaba con la alcaldesa de Benito Juárez Mara Lezama Espinosa o iba con X o Y líder o grupo político.

Antes de que Morena designara a Mara Lezama como su virtual candidata al gobierno del estado, Cecilia Loría no quería quedar fuera de la jugada y por eso desarrolló el twister político.

Con todas las aspirantes hacía compromisos y se tomaba la foto.

Pero las posturas a que obligaba todo ello provocaron que pierda el equilibrio y al final su juego fracasa, cuando la hacen a un lado de la alianza con Morena.

No se sabe a ciencia cierta lo que realmente pasó. Hay quienes aseguran que se sobrevaloró y presionó de más por posiciones que no correspondían al valor electoral del MAS.

Pero hay mal pensantes que especulan que el rompimiento solo es una estrategia para seguir jugando con Morena y aliados.

Lo que sea, finalmente en cuestión de semanas tendrá que abrir su juego y entonces se sabrá en los hechos si hubo un real rompimiento o es una estrategia.

Por lo pronto, queda como ejemplo de que el Twister no puede ser un juego político. Que se quede como un entretenimiento didáctico para los más pequeños de las escuelas.

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