Misión Evangélica: Él siempre estará ahí

Cada año los papás de Martín lo llevaban con su abuela para pasar las vacaciones de verano, y ellos regresaban a su casa en el mismo tren al día siguiente. 

Un día el niño les dijo a sus papás:

__Ya estoy grande, ¿puedo irme solo a la casa de mi abuela __.

Después de una breve discusión, los papás aceptaron. 

Ya en la estación del tren, esperando la salida, Sus papas se despiden de él dándole algunos consejos, mientras Martín les repetía:

__ ¡Lo sé! Me lo han dicho más de mil veces __.

Ya a punto de salir el tren, su papá le murmuró al oído:

__ Hijo, si te sientes mal o inseguro, ¡Esto es para ti __!

Y le puso algo en su bolsillo.

Ahora Martín estaba solo, sentado en el tren tal como quería. Sin sus papás por primera vez.

Admiraba el paisaje por la ventana. A su alrededor unos desconocidos echan relajo, se empujangroseramente, hacen mucho desorden, entran y salen del vagón. 

El supervisor le hace algunos comentarios sobre el hecho de estar solo. Empieza a tener miedo. Una persona lo miró con ojos de tristeza.

Martín ahora se siente mal, cada minuto que pasa el miedo aumenta. Agacha su cabeza, se siente solo yestá con lágrimas en los ojos.

Entonces recuerda que su papá le puso algo en su bolsillo, temblando, busca lo que le puso su padre.Al meter su mano en su bolsillo, encuentra unpedazo de papel, lo lee, en él está escrito:

__ ¡Hijo, si te sientes inseguro, ven conmigo, estoy en el último vagón! __.

Debemos dejar ir a nuestros hijos, debemos confiar en ellos, pero siempre tenemos que estar en el último vagón, vigilando, por si tienen miedo o por si encuentran obstáculos y no saben qué hacer. 

Tenemos que estar cerca de ellos mientras sigamos vivos, los hijos siempre necesitarán a sus papás. Mantente por siempre en el último vagón.

Así es nuestro Padre celestial, jamás nos dejará solos, él nos fortalecerá en todo momento y en toda circunstancia.

Aun cuando yo pase por el valle más oscuro, no temeré, porque tú estás a mi lado. Tu vara y tu cayado me protegen y me confortan. Salmo 23:4

¡Bendiciones amigos y hermanos del camino! SJ. Carlos César González Cruz

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