Misión Evangélica: Ni una pizca de duda

Oí esto en una reunión de varones:

__ ¿Hermano, usted está seguro de su salvación?__.

__ Sí amado hermano, tan seguro como el aire que respiro __.

__ ¿Y en qué fundamenta lo que afirma?__.

__ Verá, he leído la Palabra de Dios, y he creído lo que ahí dice __.

__Pues yo la he leído más que usted, y sé más que usted, y no he encontrado que la Biblia asegure la salvación a una persona que todavía está en el mundo y puede fallar__.

__ Creo que es verdad hermano. Usted sabe más que yo, si ha leído la Biblia más. Se ve que es más inteligente. Yo soy un ignorante, no comprendo muchas cosas, solo he comprendido que Jesucristo murió por mi. Murió como un malhechor, fue juzgado y condenado como yo lo merecía. Solo sé que es mi único y suficiente salvador. Solo por él soy salvo __.

¿Por qué y para qué insistir en que el hombre necesita añadir a la obra redentora de Jesucristo? 

_Si no te Bautizas no eres salvo.

_Si no diezmas no eres salvo.

_Si no vas a la iglesia no eres salvo

_Si no guardas la ley no eres salvo.

_Pierdes la salvación por comer puerco, por tomar café.

_Pierdes la salvación si tomas licor, si bailas, si entras a “lugares mundanos”, “si no vistes decentemente”, si no obedeces a tu pastor; etcétera.

Son tantas cosas que una persona debe hacer para alcanzar su salvación y tantas para conservarla o perderla.

¿Será que no hemos comprendido el aspecto de la justicia imputada en la obra redentora del Jesús?

A la justificación por fe no hay absolutamente nada qué añadirle. Lo que sigue es otro detalle que no afecta en nada la obra perfecta, antes bien, la comprensión de ello hace que la persona anhele por naturaleza amar a Dios y proceder de manera natural servirlo. No es por obligar, amenazar o infundir temor que la persona conserve la seguridad de su salvación. Todo se da naturalmente. No necesito gritarle o obligar al árbol de naranjas que lo hará dar naranjas, no necesito obligar al perro que ladre para ser perro. La educación en las virtudes humanas y la formación cristiana es necesaria, pero sin amenaza y sin infundir miedos. Amamos a Dios por lo que es y por lo que ha hecho, lo servimos por amor sin interés a ganar el cielo o por miedo de ir al infierno.

Cómo dice la Biblia:

Estoy seguro de que Dios, que comenzó a hacer su buena obra en ustedes, la irá llevando a buen fin hasta el día en que Jesucristo regrese. Filipenses 1:6.

Conocer la palabra nos ayuda a no tener ni una pizca de duda.

¡Bendiciones amigos y hermanos caminantes del camino de Dios!

Ps. Carlos César González Cruz.

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