¡POBRES!

¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta, el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello. ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito, y tragáis el camello!
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de robo y de injusticia. ¡Fariseo ciego! Limpia primero lo de dentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera sea limpio.
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad.
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque edificáis los sepulcros de los profetas, y adornáis los monumentos de los justos, y decís: Si hubiésemos vivido en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus cómplices en la sangre de los profetas. Así que dais testimonio contra vosotros mismos, de que sois hijos de aquellos que mataron a los profetas. ¡Vosotros también llenad la medida de vuestros padres! ¡Serpientes, generación de víboras! ¿Cómo escaparéis de la condenación del infierno? Mat. 23:23-33.

Los Escribas y fariseos pertenecían a los grupos de sectas religiosas judías pos exilicas. La destrucción de su templo obligaron a muchos judíos a preservar su fe y fidelidad a Dios. Estos grupos religiosos tuvieron un buen propósito, gracias a ellos los judíos conservaron muchas cosas buenas. Mientras que los escribas eran minuciosos en cuidar los pequeños detalles en copiar y traducir “la ley, los profetas y los escritos”, libros de enseñanza para el pueblo, los fariseos eran estrictos en la interpretación y exposición de ellos. Ambos grupos llegaron a ser tan legalistas en ello, añadiendo la llamada “Ley oral”.
Si ya se por sí la ley era una pesada carga que dificultaba las aspiraciones de “estar bien con Dios”, la tradición oral eliminaba toda posiblidad.
Al parecer, ellos tenían el poder de de hacer posible lo imposible, claro, se tenía que pagar el precio.
Jesús condena el proceder de estos grandes y maravillosos hombres por su legalismo despojado del amor de Dios.
Existen los actuales “Escribas y Fariseo”. Es fácil encontrarlos, solo ellos tienen la verdad, solo ellos interpretan correctamente, solo ellos son los santos, solo ellos son oídos por Dios, solo ellos pueden enseñar, solo ellos etcétera.

Perdonen amigos y hermanos del camino, confieso que aveces yo he estado entre ellos.

No dejemos de recordar el consejo de la Palabra:
“Así pues, acéptense los unos a los otros, como también Cristo los aceptó a ustedes, para gloria de Dios”.

¡Bendiciones! Pbro. Carlos César González Cruz.

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