Reinó el caos en el Carnaval de Cozumel

COZUMEL
Por Luis Roel Itzá > Quequi
Superada por mucho la seguridad pública durante las festividades del Carnaval, los alrededores del parque Quintana Roo donde fue la mayor concentración de gente por los eventos que se desarrollaron, se notó la ausencia de elementos de Seguridad Pública, Guardia Nacional o de las fuerzas armadas que presuntamente apoyaron, ya que fue en esta zona donde se dieron desmanes y riñas sin que la autoridad estuviera presente.
El alcohol corrió como agua de rio sin control a través de más de una veintena de puestos que se instalaron a lo largo del malecón y los parques Benito Juárez y Quintana Roo, principalmente en este último donde se realizaron los diferentes eventos artísticos y bares también aprovecharon para abrir más tarde y tener música en vivo o a través de DJ.
Desde el primer día de los paseos de carros alegóricos se observó que la zona ubicada en las avenida Rafael E. Melgar con 11, donde están los semáforos sería muy conflictiva, ya que varios jóvenes subieron a estos aparatos durante prácticamente toda la noche sin que ninguna autoridad hiciera acto de presencia, mientras que el segundo día que fue el domingo fue más mesurado al colocar un grupo de elementos policiacos.
Sin embargo, el martes durante el último paseo de carros alegóricos, la concentración de gente alcoholizada fue mucho mayor por la presentación del cantante de ballena to Carlos Vives, pero se les olvido a las autoridades y miembros del comité, así como al director de la Policía, mandar nuevamente elementos y ahí donde se desarrollaron varias riñas entre las que destacó una agresión grupal contra un joven al que dejaron inconsciente, teniendo que ser trasladado al hospital general para su atención medica en el que afortunadamente no fue grave.
Ahí mismo se presentó más tarde una riña entre mujeres que también fue captado por presentes y más peleas en las que el factor común fue la ausencia de la presencia policial, ya que llegaban mucho después de que ocurrieran, siendo rebasados por mucho por la gente asistente y alcoholizada.
Asimismo, se pudo observar que en todos los casos los involucrados en las riñas, eran jóvenes en visible estado de ebriedad, quienes consumieron de forma desmedida, aprovechando que la venta de estas bebidas embriagantes se hicieron sin control y de forma indiscriminada, fomentada por las mismas autoridades municipales que otorgaron la concesión de la venta a una empresa cervecera.

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