LA DIOSA IXCHEL. El Castillo

 

 

RECICLAJE DE BASURA

Algo está pasando en Quintana Roo. Siendo una entidad joven, pero con edad suficiente para contar con cuadros políticos verdaderamente enraizados, inclusive nacidos en estas tierras, el reciclaje de candidatos a posiciones de suma importancia, como lo son las presidencias municipales, no tiene igual, sobre todo al tener antecedentes en muchos de ellos relacionados con la corrupción, con ligas perceptibles con los grupos de maleantes dedicados tanto al narcotráfico como a la trata de blancas, e inclusive al secuestro y extorsión. No es fácil asimilar la desvergüenza con la que se presentan a realizar campañas, como tampoco la tozudez para marcar una y otra vez una contienda por la gubernatura contemplando solamente a dos personajes, siendo uno de ellos de paja pura, creado solamente por los medios y sus perversiones y dejando de lado a quien tiene formación, camino político andado y experiencia. La contienda enfrenta a Góngora con Pech y Joaquín, en ese orden.

 

Reaparece un Gregorio Sánchez refugiado en el recién nacido Partido Encuentro Social. Su pasado, en el cual se incluye una estancia en el penal de seguridad en Nayarit, reveló sus nexos con grupos malosos, los asesinos tanto del general Tello Quiñonez, enemigo número uno de su familia en la sierra guerrerense, como de su propio sobrino. Su guapísima y atenta esposa se vio involucrada en asuntos relacionados con el internamiento de cubanos en Cancún para ser enviados a los Estados Unidos, previa y nada módica cantidad justificada ante “polleros de lujo”. El endeudamiento brutal del municipio se generó en su trienio y, por si fuera poco, quien fungiera como tesorero en su administración sigue preso. Políticamente es imborrable su participación con la familia Joaquín, el trato hecho con Carlos y Gustavo Ortega, los tres entonces alcaldes de Benito Juárez, Solidaridad y Cozumel, respectivamente, para ir en cadena por la gubernatura, garantizándose una estancia de 18 años inamovibles de poder.

 

Julián Ricalde es otro, junto con su hermana Alicia, de muy flaca memoria. Este clan ha dominado no sólo Isla Mujeres, sino pretende crecer y abarcar más territorio. Este personaje, quien busca la presidencia municipal de Benito Juárez de nueva cuenta, volvió a reunirse con el integrante incómodo de la familia Ramos, Rafael Quintanar, con el fin de eliminar a “Mara” Lezama, figura a la cual temía enormemente por los votos dirigidos a su persona, haciendo un hoyo tremendo al perredismo. Los Ricalde no le cumplen ni a los de arriba ni a los de abajo y los señalamientos sobre corrupción están en boca de los inversionistas. Habremos de recordar el PDU aprobado, lo descubierto a través del manejo truculento e inapropiado del Implan, las autorizaciones para las torres edificadas sin las medidas de seguridad necesarias, en donde aparecen hasta las falsas tomas de agua de bomberos. El desvío de fondos se dio a detalle, con lujo y placer.

 

Doña Alicia es otro ejemplo. No contenta con imponer a un sucesor inútil e incapaz, ahora pretende retornar al poder y hacer que, como declarara en su oportunidad frente a las cámaras y una vez aprobado el plan de desarrollo de la parte continental de Isla Mujeres, “la caja registradora suene y resuene”, en su favor, por supuesto. Ni qué decir de otra fémina también panista, de la tal “Triny”, de la operada de los senos, la causante de la derrota de ese partido en Lázaro Cárdenas. Faltaría probar si el cambio de partido puede hacer algo por la materia gris de doña Ludivina Menchaca en Puerto Morelos. O sea que, ni para dónde hacernos.

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