‘Pone el ME mal ejemplo con ecocidio’

CANCÚN

Las autoridades mexicanas no velan por la conservación del medio ambiente, sino que prefieren hacerle favores a empresarios, como se da en Cancún con el caso del hotel ME, denunció Miguel Rivas, representante de Greenpeace en México, quien adelantó que su asociación seguirá de cerca el desarrollo de este caso.

La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) actúa en contubernio con los empresarios hoteleros, aseveró el integrante de esta reconocida asociación internacional, quien señaló que la ampliación realizada por el centro de hospedaje propiedad de Daniel Araf Hop, sobre la duna costera, es una reprobable acción que se ha vuelto muy común en el caribe Mexicano, para desprestigio del país.

Lo más grave del asunto es que los trabajos se emprendieron sin siquiera haber aplicado para un permiso ambiental, prefiriendo violar flagrantemente la ley para luego pagar la multa y terminar la construcción; en lugar de seguir el marco legal y arriesgarse a que no se autorice el proyecto.

Por eso, es importante que no se premie al hotel ME, siguiendo su juego y aplicándole una sanción sin tocar las ilegales estructuras construidas, pues eso será tomado como “hoja de ruta” por otros empresarios del ramo, en menoscabo del estado de derecho y nuestro entorno natural. Lo procedente es aplicar la ley, que señala la demolición de la obra realizada.

“Lamentablemente México no tiene estrategias ni políticas públicas para conservar la biodiversidad, porque se ve una complicidad entre autoridades y empresarios hoteleros, en la que les preguntan, ‘¿en dónde quieren construir su hotel?’”, acusó Miguel Rivas.

Resaltó que Greenpeace no está en contra de la industria turística; tan sólo solicitan que las autoridades federales, estatales y municipales apliquen nuevas políticas a la industria turística, para conservar la biodiversidad, porque de la naturaleza viven los habitantes de Cancún y la construcción sobre dunas o las ampliaciones sin permisos ambientales acaban con el ecosistema.

En opinión del activista ambiental, la única forma de que las autoridades entiendan la importancia de los recursos naturales es que la ciudadanía se involucre y defienda sus derechos.

“La gente se debe involucrar más en los planes de desarrollo urbano, en conocer más las leyes ambientales, para que el gobierno deje de beneficiar al turismo depredador”, aseveró.

 

EN MANOS DE LA PGR

Los trabajos emprendidos por el hotel ME, ubicado en el kilómetro 11.5 de la Zona Hotelera, se iniciaron sin antes haber obtenido un permiso federal, mediante la presentación de una Manifestación de Impacto Ambiental, pese a que se está a corta distancia de la laguna Nichupté, en una zona costera, contiguo a un área de anidación de tortugas marinas.

Pese a las denuncias en torno al caso, la delegada de Profepa, Carolina García Cañón, se negó a actuar, por lo que debió ser la oficina regional de esta dependencia la que intervino y clausuró esta ilegal obra.

En su visita de inspección, los agentes constataron que en la zona existe palma chit e iguana gris, además que jamás se presentó un estudio ambiental, motivo por el que se anticipó dar parte al ministerio público, para que ejerza acción penal.

Pese a lo anterior y a la clausura impuesta por Profepa, los trabajos continuaron por otra semana más, en abierto desacato a la autoridad. Por estos graves hechos, que se pagan con cárcel, ya hay una denuncia ante la Procuraduría General de la República, misma que ya es investigada.

 

Por Verónica Fajardo > Quequi

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