Frontera insegura
Por Sergio López Lara > Quequi
A pesar de que se han hecho esfuerzos considerables por parte de instancias federales, estatales y municipales por frenar la incidencia delictiva en la frontera entre México y Belice, así como con el vecino estado de Campeche, la poca vigilancia que existe ha sido propicia para el tráfico de armas, drogas, indocumentados y mercancías ilegales como licor y tabaco que se adquieren con facilidad en la Zona Libre de esa nación caribeña.
Jesús Martínez Ross, primer gobernador constitucional de Quintana Roo en 1974, asegura que cuando se creó el estado libre y soberano, por instrucciones del presidente de la República en funciones, José López Portillo, se dieron facultades para contar con límites territoriales en contra de los gobiernos de Campeche, Yucatán y el vecino país de Belice; incluso Guatemala, donde se delimita el territorio nacional con ese país, a través de Pioneros del Río.
En su momento, las 14 comunidades en las que se encuentra la ribera del Río Hondo y 32 en la zona limítrofe con el estado de Campeche, fueron pobladas por personas procedentes de diversos estados de la República Mexicana como Veracruz, Guerrero, Chiapas y Yucatán; sin embargo, lamentablemente empezó a llegar gente con antecedentes penales que se instalaron para cometer hechos delictivos.
Exgobernadores y presidentes municipales, como el caso de Renán Pastrana Pastrana, primer edil del Ayuntamiento de Othón P. Blanco, creador del zoológico “Payo Obispo”, aseguró que es triste que la capital del estado se esté convirtiendo en un lugar inseguro para residentes locales, así como visitantes nacionales e internacionales, por el tráfico de armas, drogas e indocumentados.
En este orden, aseguró que es necesario recuperar la tranquilidad de las zona Sur y Centro de Quintana Roo, donde habita gente que sólo se dedica al trabajo y producción de la tierra; además de evitar que elementos de los cuerpos de seguridad confundan a estas personas con delincuentes que nada tienen que hacer en esta parte de la entidad, en la que hombres y mujeres solamente trabajan para el sustento familiar y el crecimiento de su economía, que es de los más precarios en comparación al norte del estado.
