¿Dónde está Dios cuando nos pasan cosas malas?

Pbro. Carlos César González Cruz.
¿Es usted de los que cree que Dios está en todo lo que pasa en su vida? La respuesta que tenga influirá en la perspectiva que tenga en su propia vida. Muchas personas recurren cada día a amuletos, viven con temores de que algo malo pueda pasarles, creen en los maleficios, brujerías y maldiciones. Me estoy refiriendo a personas muy allegadas a la iglesia, personas supuestamente adoctrinadas, líderes, y aún hasta pastores. De ahí la importancia de saber ¿Dónde está Dios cuando nos pasan las cosas malas?

En verdad, Dios está en todo lo que pasa en el mundo y en las personas. No hay nada que se esconda de él, Dios es soberano, está sobre todo principado y potestad, no hay nada que se esconda de él. Observe los textos siguientes:

  • Él está sentado sobre el círculo de la tierra, cuyos moradores son como langostas; él extiende los cielos como una cortina, los despliega como una tienda para morar. Isaías 40:2.
  • Porque los ojos del Señor recorren toda la tierra para fortalecer a aquellos cuyo corazón es completamente Suyo. 2 Crónicas 16:9.

Ahora tenemos otra pregunta, ¿Por qué entonces no interviene? Si puede acabar con el mal y no lo hace, no es tan bueno como pensamos, le falta la bondad; o si quiere acabar con el mal, pero no puede, no es tan poderoso, le falta la capacidad.

Podemos hacer este cuestionamiento valido, porque ya lo hicieron personajes de la Biblia, la Biblia nos dice que Dios no tiene que ver con el mal, aunque Dios creo toda criatura buena y mala, les deja actuar de acuerdo a su decisión. La biblia dice:
Que nadie al ser tentado diga: “Es Dios quien me tienta”. Porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni tampoco tienta él a nadie. Todo lo contrario, cada uno es tentado cuando sus propios malos deseos lo arrastran y seducen. Luego, cuando el deseo ha concebido, engendra el pecado; y el pecado, una vez que ha sido consumado, da a luz la muerte. Santiago 1:3-15.

El mal no está en Dios, está en el corazón del ser humano, y lo hará hasta que Dios intervenga drásticamente “en causa-efecto”, o por su gracia divina le hará entendido para convertirlo de su perverso y corrompido propósito de vida. Dios está con el que sufre las injusticias de la vida, le fortalece y le da gracia para esperar en él; está viendo el proceder del malvado para juzgarlo tarde que temprano con justo juicio.
Dios juzgará al hombre honrado y al malvado, porque hay un momento para todo lo que ocurre y para todo lo que se hace. Eclesiastés 3:17

¡Bendiciones amigos y hermanos caminantes del camino llamado vida!

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