El nuevo presidente de Brasil enfrenta la primera polémica de su mandato, como es la exclusión de mujeres y negros en su gestión.

Arranca la era Michel Temer

Finalmente, Dilma Rousseff fue destituida del cargo; se consuma el golpe de estado.

 

Tras 21 horas de sesión en el Senado y un duro discurso de Dilma Rousseff, a partir de ahora presidenta apartada del poder, en el que repitió que su destitución es un golpe de Estado orquestado, entre otros, por el que era su vicepresidente, quien en una difícil bienvenida para Michel Temer, de 75 años, fue nombrado como el presidente de Brasil y al mismo tiempo presentó a su gabinete.

Temer ha enfrentado las primeras polémicas al estrenar mandato. Primero, la ausencia total de mujeres y negros en su equipo. Por otra parte, la presencia de algunos nombres controvertidos: el nuevo ministro de Justicia es Alexandre de Morales, el actual secretario de Seguridad del Estado de São Paulo.

El responsable de Agricultura, por otra parte, es el millonario Blairo Maggi, uno de los mayores productores de soya de Brasil.

Michel Temer ha dado su palabra de que no se presentará a los comicios de 2018, lo que le quita el peso de gobernar buscando respaldos electorales.

Ahora, Temer se encontrará con un Partido de los Trabajadores levantado en armas, que se niega a reconocerlo como presidente legítimo.

En un discurso especialmente combativo minutos después de ser apartada del poder, Dilma Rousseff, aún desde el palacio presidencial, llamó a los brasileños que “están contra el golpe cometido para que se mantengan movilizados, unidos y en paz”. Rousseff no se resigna y está dispuesta a pelear por volver a ser presidenta.

Los partidarios de Rousseff replicaron con un argumento simple: no se puede echar a una presidenta elegida por 54 millones de votos, apelando a unas maniobras fiscales que no constituyen a su juicio un delito grave o a la situación económica, porque para eso están las urnas.  Por Agencias-Quequi

 

 

Dato

En estos seis meses que Rousseff no estará en el poder, los senadores discutirán si cometió un “crimen de responsabilidad” hacia la República, al alterar las cuentas públicas para equilibrar los balances presupuestarios a base de pedir dinero a bancos.

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